Principios Bahá’ís

La unidad del mundo de la humanidad.

«El bienestar de la humanidad,…su paz y seguridad son inalcanzables a menos que y hasta que su unidad este firmemente establecida».

«Tan poderosa es la luz de la unidad que se puede iluminar el mundo entero. El único verdadero Dios mismo, El que sabe todas las cosas, testifica la verdad de estas palabras… Esta meta sobrepasa cada otra meta, y esta aspiración es el monarca de todas las aspiraciones».

«No deseamos sino el bien del mundo y la felicidad de las naciones…que todas las naciones se unan en una Fe y todos los hombres sean como hermanos; que se fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos del hombre; que cese la diversidad de religión y se anulen las diferencias de raza».

«¡Oh pueblos y razas contendientes sobre la tierra! Dirigid vuestros rostros hacia la unidad y dejad que el fulgor de su luz brille sobre vosotros. Reuníos y por amor a Dios, decidíos a extirpar todo lo que sea fuente de discordia entre vosotros. Entonces, el resplandor del gran Lucero del mundo envolverá a toda la tierra y sus habitantes llegarán a ser los ciudadanos de una sola ciudad y los ocupantes de un solo trono».

«La prolación de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo».

Bahá’u’lláh

El origen de todas las religiones es uno. 

 

«La esencia de la creencia en la unidad divina consiste en considerar a Aquel Quien es la Manifestación de Dios, y a Aquel Quien es el invisible, el inaccesible e incognoscible Esencia, como uno y el mismo. Con esto quiere decir que todo lo que pertenezca a El, con todos sus actos y hechos, todo que El ordene o prohiba, deben ser considerados, bajo todos sus aspectos, en todas las circunstancias, y sin reserva alguna, como idénticos con la Voluntad de Dios mismo. Esta es la posición más elevada que puede lograr un verdadero creyente en la unidad de Dios. Bendito es el hombre que alcanza esta posición y es de ellos que son firmes en su creencia».

«Sabe con toda seguridad que la esencia de todos los Profetas de Dios es una y la misma. Su unidad es absoluta…Honrar a uno más que a otro, exaltar a algunos por encima de otros de ninguna manera es permitido».

«Que las diversas comuniones de la tierra, los múltiples sistemas de creencia religiosa, nunca se permitan fomentar los sentimientos de animosidad entre los hombre es, en este Día, la esencia de la Fe de Dios y su Religión. Estos principios y leyes, estos firmemente establecidos y poderosos sistemas han procedido de una única Fuente, y son los rayos de una única Luz. Que difieran uno del otro debe atribuirse a los requerimientos variables de las épocas en que ellos fueron promulgados».

Bahá’u’lláh

La religión debe ser la causa de la unidad.

«El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y su Religión es proteger los intereses de la raza humana, promover su unidad, y estimular el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres».

«Es indudable que los pueblos del mundo de cualesquiera raza o religión derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son súbditos de un solo Dios».

«Levantáos, y armados con el poder de la fe, despedazad a los dioses de vuestras vanas imaginaciones, los sembradores de disensión entre vosotros, Aferraos a aquello que os junte y una».

«¡Oh, vosotros que discernís! En verdad las palabras que han descendido del cielo de la Voluntad de Dios son la fuente de unidad y de armonía para el mundo. Cerrad vuestros ojos a las diferencias raciales y dadles a todos la bienvenida con la luz de la unidad».

Bahá’u’lláh

La religión debe estar de acuerdo con la ciencia y la razón.

Una visión retrospectiva de la Historia nos muestra que la humanidad ha contado con dos sistemas fundamentales de conocimiento: la ciencia y la religión. Sin embargo, pocas veces ha existido una relación armoniosa entre ambos sistemas. Si bien es cierto que la ciencia ha sufrido constantes embates en nombre de la religión, no es menos cierto que la religión ha sufrido acosos injustificados en nombre de la ciencia.

Desde la perspectiva bahá’í, el progreso de la humanidad requiere de la coexistencia armoniosa de ambos sistemas. La emergente civilización mundial demanda una redefinición de las relaciones entre ciencia y religión, de tal modo que sus respectivas visiones de la existencia tengan cabida en los procesos de generación y aplicación de conocimiento.

La investigación independiente de la verdad.

«El buscador sincero sólo aspira a la unión con el Objeto de su deseo, y el Propósito único del que ama es ver al Ser amado. Para alcanzar esta meta, es preciso que el buscador lo sacrifique todo, Esto es, debe dejar a un lado todo lo visto, oído o aprendido, con el fin de alcanzar el Dominio del Espíritu, que es la Ciudad de Dios. Procuremos buscar diligentemente y esforcémonos en gustar la miel de unión con El. Si bebemos de este cáliz, olvidaremos el mundo».

«Sumergíos en el Océano de mis Palabras para que descifréis sus secretos y descubráis todas las perlas de sabiduría que yacen ocultas en sus profundidades. Cuidaos de no vacilar en vuestra determinación de abrazar la verdad de esta Causa, Causa por la cual se han revelado las potencialidades del poder de Dios y su soberanía ha sido establecida. Con los rostros radiantes de alegría apresuraos en llegar hasta El. Esta es la inmutable Fe de Dios; eterna en el pasado, eterna en el futuro. Que aquel que busca, la alcance; y en cuanto a aquel que ha reusado buscarla, ciertamente, Dios está por encima de cualquier necesidad de sus criaturas».

Bahá’u’lláh

Igualdad entre hombres y mujeres.

«Exaltado, inmensamente exaltado es quién ha removido las diferencias y establecido la armonía. Glorificado, infinitamente glorificado es quién ha hecho que cese la discordia y ha decretado la solaridad y la unidad. Alabado sea Dios, la Pluma del Altísimo ha retirado las distinciones entre sus siervos y siervas y, por medio de sus consumados favores y abarcadora misericordia, ha conferido sobre todos una estación y rango al mismo nivel. Ha quebrantado la espina dorsal de las vanas imaginaciones con la espada del pronunciamiento y ha borrado los peligros de las ociosas fantasías por medio del poder penetrante de su fuerza».

«Todos deben saber, y al respecto alcanzar e iluminarse con los esplandores del sol de la certeza: las mujeres y los hombres han sido y serán siempre iguales a los ojos de Dios. La Alborada de la Luz de Dios derramó su iluminación sobre todos con la misma efulgencia. Verdaderamente Dios creó la mujer para el hombre y el hombre para la mujer. Los más amados ante Dios son los más firmes y los que sobrepasan a otros en su amor por Dios, exaltada sea su Gloria».

Bahá’u’lláh

La abolición de toda forma de prejuicios.

«¡Oh vosotros hombres de sabiduría entre las naciones! Cerrad vuestros ojos al alejamiento y fijad vuestra mirada en la unidad. Asíos tenazmente a lo que conducirá al bienestar y tranquilidad de toda la humanidad. Este pedazo de tierra es una sola patria y una única habitación. Os concierne abandonar la vanagloria que causa alineación y volver vuestros corazones hacia todo lo que asegure la armonía. En la estimación del pueblo de Bahá, la gloria del hombre descansa en su conocimiento, en su conducta recta, en su carácter encomiable, en su sabiduría, y no en su nacionalidad o rango».

«Por medio de todos y cada uno de los versos revelados por la Pluma del Altísimo, las puertas del amor y unidad han sido abiertas enteramente a los hombres. Anteriormente hemos declarado, y nuestra Palabra es la verdad: «Asociaos con los seguidores de todas las religiones en espíritu de amistad y hermandad». Cualquier cosa que haya hecho a los hijos de los hombres rehuirse uno a otro y haya causado disensiones y divisiones entre ellos, ha sido anulada y abolida por la revelación de estas palabras».

Bahá’u’lláh

La paz universal.

«El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables, a menos que su unidad sea firmemente establecida. Esta unidad no podrá jamás lograrse mientras se permita que los consejos que ha revelado la Pluma del Altísimo pasen desatendidos».

«Que todas las naciones lleguen a ser una en fe, y todos los hombres, como hermanos; que se fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos de los hombres; que desaparezca la diversidad de religiones, y se anulen las diferencias de raza. ¿Qué mal hay en esto?… Pero ello se cumplirá; estas luchas infructuosas, estas guerras devastadoras pasarán, y la «Más Grande Paz » vendrá…»

Bahá’u’lláh

La educación universal.

«Las escuelas deben ante todo educar a los niños en los principios de la Religión, para que la Promesa y la Amenaza registrados en los libros de Dios, puedan apartarles de las cosas prohibidas y ataviarles con el manto de los mandamientos; pero en medida tal que no perjudique a los niños al transformarse en fanatismo ignorante e intolerancia».

«A cada padre se le ha impuesto la obligación de instruir a su hijo e hija en el arte de la lectura y la escritura, y en todo lo que ha sido formulado en la Santa Tabla. Si alguien desecha lo que se le ha ordenado, entonces, si es pudiente, los Fideicomisarios deberán tomar de él lo que se requiera para la instrucción de sus hijos, y si no lo es, el asunto debe pasarse a la Casa de Justicia. Verdaderamente, hemos hecho de ella un refugio de los pobres y necesitados. Aquel que educa a su hijo o al hijo de otro, es cómo si hubiera educado a un hijo mío; sobre él descancen mi Gloria, mi Amorosa Bondad, mi Munificencia, que han abarcado al mundo».

«Los padres deben esforzarse al máximo en criar a sus hijos para que sean devotos, pues si los niños no logran este, el más grande de los ornamentos, no obedecerán a sus padres, lo que en cierto sentido significa que no obedecerán a Dios. En verdad tales niños no mostrarán consideración hacia nadie y harán exactamente lo que les plazca».

Bahá’u’lláh

Un idioma universal.

«Desde el comienzo del tiempo, la luz de la unidad ha derramado su divino fulgor sobre el mundo, y el más grande medio para la promoción de la unidad es que todos los pueblos del mundo entiendan el lenguaje y la escritura de unos a otros».

«Entre las cosas conducentes a la unidad y a la concordia, y que será causa de que la tierra entera sea considerada como un solo país, está la relativa a que los diversos lenguajes sean reducidos a un lenguaje, y de igual manera los métodos de escritura utilizados en el mundo deben limitarse a uno solo. Corresponde a todas las naciones designar a algunos hombres de entendimiento y erudición, y convocar a una asamblea y a través de la consulta conjunta, elegir uno de los idiomas, de entre la variedad de idiomas existentes, o bien crear uno nuevo, para ser enseñado a los niños en todas las escuelas del mundo».

«Di: El lenguaje humano es una esencia que ambiciona ejercer su influencia y necesita moderación. Por lo que toca a su influencia ésta es condicional al refinamiento, el cual a su vez es dependiente de los corazones que son desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta tiene que estar combinada con tacto y sabiduría como ha sido prescrito en las Santas Escrituras y Tablas».

Bahá’u’lláh

Solución espiritual a los problemas económicos.

«Se os prescribe a cada uno de vosotros que os empleéis en alguna forma de ocupación, tal como oficio, arte u otra por el estilo. Nos, munificamente hemos exaltado vuestro trabajo al rango de adoración a Dios, el Verdadero. Ponderad en vuestros corazones acerca del favor y las bendiciones de Dios y dadle gracias al atardecer y al amanecer. No malgastéis vuestro tiempo en la ociosidad y la pereza. Ocupáos en aquello que sea beneficioso para vosotros y para los demás».

«Los hombres más despreciables a la vista de Dios, son aquellos que se sientan ociosamente y piden. Asíos firmemente al cordón de los medios materiales, poniendo toda vuestra confianza en Dios, el Proveedor de todos los medios. Cuando alguien se ocupa en un oficio o arte, tal ocupación es considerada en la estimación de Dios, como un acto de adoración; y ello no es más que una prueba de su infinita generosidad que todo lo penetra».

«Conceda Dios que los pobres se esfuercen y luchen para ganar los medios de subsistencia. Este es un deber que ha sido prescrito para todos en ésta, la más grande Revelación, y es considerado a la vista de Dios como una buena acción. Quienquiera que cumpla con este deber, ciertamente recibirá ayuda del Invisible. El puede enriquecer mediante su gracia a quienquiera El desee. Verdaderamente, El tiene poder sobre todas las cosas. …»

Bahá’u’lláh

Un tribunal internacional de justicia.

«La luz del hombre es la justicia, no la apaguéis con los vientos contrarios de la opresión y de la tiranía. El propósito de la justicia es el surgimiento de la unión entre los hombres».

«Ningún resplandor puede comparase con aquél de la justicia. La organización del mundo y la tranquilidad de la humanidad dependen de ella».

«La justicia y la equidad son dos guardianes para la protección del hombre. Estas han hecho su aparición ataviadas en sus nombres poderosos y sagrados, con el fin de mantener al mundo dentro de la rectitud y proteger a las naciones».

«¡Oh pueblo de Dios! Lo que educa al mundo es la justicia, puesto que ella está sostenida por dos pilares: recompensa y castigo. Estos dos pilares son las fuentes de vida del mundo. Puesto que para cada día hay un nuevo problema y para cada problema una solución conveniente, tales asuntos deberían ser referidos a la Casa de Justicia para que sus miembros puedan actuar de acuerdo a las necesidades y requerimientos de los tiempos».

«Decid: ningún hombre alcanzará su verdadera posición si no es a traves de la justicia. Ningún poder existirá si no es a través de la unidad. Ningún bienestar ni felicidad se lograrán si no es a través de la consulta».